L'enfant est signe d'espérance ; Children is a sign of hope ; El niño es signo de esperanza
Voici un extrait de l'homélie que le pape a prononcée à Bethléem. Laissons-nous toucher par ces mots :
"Aujourd’hui également les enfants sont un signe. Signe
d’espérance, signe de vie, mais aussi signe “diagnostic” pour comprendre l’état
de santé d’une famille, d’une société, du monde entier. Quand les enfants sont
accueillis, aimés, défendus, protégés dans leurs droits, la famille est saine,
la société est meilleure, le monde est plus humain. Dieu nous répète à nous
aussi, hommes et femmes du XXIème siècle : « Voici le signe qui vous est donné
», cherchez l’enfant… … En un temps qui proclame la sauvegarde des mineurs, se
commercialisent les armes qui finissent dans les mains d’enfants-soldats ; se
commercialisent des produits confectionnés par de petits travailleurs-esclaves.
Leurs pleurs sont étouffés, les pleurs de ces enfants sont étouffés : ils
doivent combattre, ils doivent travailler, ils ne peuvent pas pleurer ! Mais
leurs mères, Rachel d’aujourd’hui, pleurent pour eux : elles pleurent leurs
enfants, et ne veulent pas être consolées (cf. Mt 2, 18)".
Here is an
excerpt of the homily the Pope delivered at Bethlehem. Let us be touched by
these words:
"Today children
are also a sign. A sign of hope, a sign of life, but also a "diagnostic"
sign to understand the health of a family, a society, and of the entire world.
When children are
welcomed, loved, defended, protected in their rights, the family is healthy,
the society is better, and the world is more human. God repeats to us also, men
and women of the twenty-first century: "This is the sign given to you,"
look for the child..... At a time when we proclaim the protection of minors,
the arms-trafficking ends up in the hands of child soldiers; and the
commercialised sale of products made by
child-slave labourers goes on. Their cries are muffled, the
cries of these children are stifled: they must fight, they have to work , they
cannot weep! But their mothers, today’s Rachels, weep for them: they weep for
their children, refusing to be comforted (see Mt 2, 18)."
Os
presento un extracto de la homilía que el Papa ha pronunciado en Belén.
Dejémonos conmover por estas palabras:
“También hoy los niños son un signo. Signo de esperanza, signo de vida; pero también un signo-diagnóstico para entender el estado de salud de una familia, de una sociedad, del mundo entero. Cuando los niños son acogidos, queridos, defendidos, protegidos sus derechos… entonces la familia es santa, la sociedad es mejor, el mundo es más humano. A nosotros, hombres y mujeres del siglo XXI, Dios nos repite, “he aquí el signo que se os ha dado”, buscad al niño… En este tiempo que proclama la protección de los menores, también se comercializan las armas que terminan en las manos de los niños-soldado; se comercializan productos elaborados por pequeños trabajadores-esclavos. Sus lágrimas son reprimidas, el llanto de estos niños es sofocado; deben combatir, deben trabajar, no pueden llorar. Pero sus madres, las Raquel de hoy día, lloran por ellos. Lloran por sus hijos y no quieren ser consoladas. (Mt 2, 18)”.
“También hoy los niños son un signo. Signo de esperanza, signo de vida; pero también un signo-diagnóstico para entender el estado de salud de una familia, de una sociedad, del mundo entero. Cuando los niños son acogidos, queridos, defendidos, protegidos sus derechos… entonces la familia es santa, la sociedad es mejor, el mundo es más humano. A nosotros, hombres y mujeres del siglo XXI, Dios nos repite, “he aquí el signo que se os ha dado”, buscad al niño… En este tiempo que proclama la protección de los menores, también se comercializan las armas que terminan en las manos de los niños-soldado; se comercializan productos elaborados por pequeños trabajadores-esclavos. Sus lágrimas son reprimidas, el llanto de estos niños es sofocado; deben combatir, deben trabajar, no pueden llorar. Pero sus madres, las Raquel de hoy día, lloran por ellos. Lloran por sus hijos y no quieren ser consoladas. (Mt 2, 18)”.
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